Hay
una canción de Luis Eduardo Aute que dice:
“Que no… que no… que el pensamiento no puede
tomar asiento… que el pensamiento es estar siempre de paso, de paso, de paso”
Ese
día Los Dalton Buidaolles habían pensado ir a un establecimiento que, según
algunos influencers gastronómicos, contaba con buena reputación, pues no en
vano la mayoría de las opiniones escritas le eran favorables.
Llegaron
a Alcácer esa mañana, cuando las nubes bajas amenazaban con una lluvia
torrencial a juzgar por las primeras gotas que se dejaban ver en el parabrisas
del coche, pero poco a poco se fue despejando el cielo, registrándose solamente
chubascos dispersos y aislados.
Bar La Curva. No recomendado |
No
obstante, Los Buidaolles tuvieron que improvisar, y buscar en la fresca mañana
primaveral otro local cercano para poder almorzar. Continuando por la Avenida
Joaquín Sorolla, en la esquina con la calle Torrent, se encuentra el
Bar-cafetería De Pass. Pues sí, como dice la canción de Aute, iban de paso por
allí, pero en esta ocasión, el pensamiento sí pudo tomar
asiento en un local que, por suerte, mejoraba con creces al anterior en lo que
se refiere a dimensiones y agrado de su servicio.
El Bar De Pass cuenta
en su carta con una amplia gama de productos para almorzar: los tradicionales de
la tierra como el esgarraet, que se puede mezclar con tortilla en sus diversas
variedades; el típico blanco y negro con sus correspondientes patatas y
pimientos; los cefalópodos en ese bocadillo de buen pan con sepia y all i olli.
Alguno de ellos se pidió en plato el
esgarraet, por aquello de que se acerca el verano, hay que comenzar a quitarse
capas y las lorzas ya no se pueden camuflar de ninguna manera.
Otro
detalle del Bar De Pass es que te ponen cuchillo y tenedor, algo que hace a sus
clientes sentirse distinguidos, y un aspecto diferenciador con respecto a otros
establecimientos.
La
toponimia de la palabra Alcácer proviene de fortaleza o alcázar, la que en su
día debió existir y de la que no queda nada en la actualidad. Recientemente se
realizaron algunas excavaciones que dejaron al descubierto los vestigios de una
antigua necrópolis visigoda. Su economía, como la de la mayoría de los pueblos
de su entorno en la Huerta Sur, ha ido cambiando del sector primario al
secundario o industrial. En la actualidad, la industria y los servicios son sus
fuentes de riqueza. La localidad es conocida en toda España por el triple
crimen que, hace dos décadas, tuvo a toda España en tensión e indignada.
Fue
un día en el que se hablo de la sentencia condenatoria a muchos de los
imputados en la trama Gürtel y del propio Partido Popular por su financiación
ilegal. El mismo día en que Pedro Sánchez presentaba una moción de censura
contra Mariano Rajoy y su gobierno. También Los Dalton Buidaolles ironizaban,
dada su proximidad al centro pinitenciario de Picassent - menos de un kilómetro
-, con la llamativa noticia de la entrada ese mismo día en dicha prisión de
quien fue Presidente de la Comunidad Valenciana y Ministro de trabajo de José
María Aznar, Eduardo Zaplana.
Como
casi siempre, se habló de cine: de la película “El Padrino” y el arte
del lenguaje no verbal empleado en la misma, y, una vez más, se recordó la gran
obra maestra del cine español “La
Colmena” y los magníficos actores que en ella intervienen, en la que su
propio autor y Premio Nobel Camilo José Cela hace un cameo en la misma. Una
adaptación de su novela que, durante tanto tiempo, la censura
franquista no dejó que se publicara en España.
Todo
ello en una mañana gris, que, como puede comprobarse en las imágenes,
sorprendió a algunos componentes de la banda, quienes acudieron a la cita un
tanto ligeros de vestuario, sin ser conscientes de que la primavera se suele
comportar cual criatura adolescente; con cambios y reacciones inesperadas,
imprevisible, alterada… pero llena de vida, pues no en vano representa el
resurgir de la naturaleza.
En
el Bar-cafetería De Pass, Los Dalton Buidaolles, haciendo honor el nombre del
propio establecimiento y al tema de Aute, estaban de paso por la ciudad… de
paso por la vida, pero con muchas ganas de permanecer.
Darío Navalperal