viernes, 25 de mayo de 2018

Bar-cafetería De Pass, esquina Joaquín Sorolla-Torrent, Alcácer, Valencia (25-05-2018)

Hay una canción de Luis Eduardo Aute que dice:

“Que no… que no… que el pensamiento no puede tomar asiento… que el pensamiento es estar siempre de paso, de paso, de paso”

            Ese día Los Dalton Buidaolles habían pensado ir a un establecimiento que, según algunos influencers gastronómicos, contaba con buena reputación, pues no en vano la mayoría de las opiniones escritas le eran favorables. 
            Llegaron a Alcácer esa mañana, cuando las nubes bajas amenazaban con una lluvia torrencial a juzgar por las primeras gotas que se dejaban ver en el parabrisas del coche, pero poco a poco se fue despejando el cielo, registrándose solamente chubascos dispersos y aislados. 
Bar La Curva. No recomendado
Cuando llegaron a la, tristemente, famosa localidad se dirigieron al Bar La Curva, que hace esquina entre las avenidas Joaquín Sorolla y Ricard Hernández. Ese día iban un grupo de once de los más hambrientos e insaciables Buidaolles, pero… ¡Qué contrariedad! ¡Qué decepción! El camarero, cocinero y, supuestamente, dueño del garito, - uno y trino a la vez - al ver entrar tan nutrido grupo de apariencia caníbal, les indicó que, aunque vinieran en “son de paz”, allí no eran bien recibidos, y acto seguido les indicó la dirección de salida. Al parecer, el establecimiento no era capaz de cubrir una demanda tan amplia. Su escaso aforo interior y su carencia evidente de servicio de camareros hacía imposible atender de forma adecuada a un gran número de comensales. Por lo tanto, no se puede dar aquí fe de la calidad o variedad de sus productos, pero sí queremos dejar patente el hecho de que este bar no merece el reconocimiento que tiene y que, posiblemente, las alabanzas o lisonjas que recibe en alguna web, solo procedan de familiares o amigos, o de los atendidos de uno en uno. Este lugar no es apto para grupos. Además, ni siquiera cuenta con carpa en la calle para los adictos a la nicotina. Salvo que no tengan otra opción o que el resto de los bares de Alcácer estén cerrados, mejor no vayan a este establecimiento, pues si no está preparado para dar bocadillos a once comensales, no puede ser un buen negocio.
            No obstante, Los Buidaolles tuvieron que improvisar, y buscar en la fresca mañana primaveral otro local cercano para poder almorzar. Continuando por la Avenida Joaquín Sorolla, en la esquina con la calle Torrent, se encuentra el Bar-cafetería De Pass. Pues sí, como dice la canción de Aute, iban de paso por allí, pero   en esta ocasión, el pensamiento sí pudo tomar asiento en un local que, por suerte, mejoraba con creces al anterior en lo que se refiere a dimensiones y agrado de su servicio.
            El Bar De Pass cuenta en su carta con una amplia gama de productos para almorzar: los tradicionales de la tierra como el esgarraet, que se puede mezclar con tortilla en sus diversas variedades; el típico blanco y negro con sus correspondientes patatas y pimientos; los cefalópodos en ese bocadillo de buen pan con sepia y all i olli.
Alguno de ellos se pidió en plato el esgarraet, por aquello de que se acerca el verano, hay que comenzar a quitarse capas y las lorzas ya no se pueden camuflar de ninguna manera. 
 
            Otro detalle del Bar De Pass es que te ponen cuchillo y tenedor, algo que hace a sus clientes sentirse distinguidos, y un aspecto diferenciador con respecto a otros establecimientos.

            La toponimia de la palabra Alcácer proviene de fortaleza o alcázar, la que en su día debió existir y de la que no queda nada en la actualidad. Recientemente se realizaron algunas excavaciones que dejaron al descubierto los vestigios de una antigua necrópolis visigoda. Su economía, como la de la mayoría de los pueblos de su entorno en la Huerta Sur, ha ido cambiando del sector primario al secundario o industrial. En la actualidad, la industria y los servicios son sus fuentes de riqueza. La localidad es conocida en toda España por el triple crimen que, hace dos décadas, tuvo a toda España en tensión e indignada.

            Fue un día en el que se hablo de la sentencia condenatoria a muchos de los imputados en la trama Gürtel y del propio Partido Popular por su financiación ilegal. El mismo día en que Pedro Sánchez presentaba una moción de censura contra Mariano Rajoy y su gobierno. También Los Dalton Buidaolles ironizaban, dada su proximidad al centro pinitenciario de Picassent - menos de un kilómetro -, con la llamativa noticia de la entrada ese mismo día en dicha prisión de quien fue Presidente de la Comunidad Valenciana y Ministro de trabajo de José María Aznar, Eduardo Zaplana.

            Como casi siempre, se habló de cine: de la película “El Padrino” y el arte del lenguaje no verbal empleado en la misma, y, una vez más, se recordó la gran obra maestra del cine español “La Colmena” y los magníficos actores que en ella intervienen, en la que su propio autor y Premio Nobel Camilo José Cela hace un cameo en la misma. Una adaptación de su novela que, durante tanto tiempo, la censura franquista no dejó que se publicara en España.

            Todo ello en una mañana gris, que, como puede comprobarse en las imágenes, sorprendió a algunos componentes de la banda, quienes acudieron a la cita un tanto ligeros de vestuario, sin ser conscientes de que la primavera se suele comportar cual criatura adolescente; con cambios y reacciones inesperadas, imprevisible, alterada… pero llena de vida, pues no en vano representa el resurgir de la naturaleza. 
            En el Bar-cafetería De Pass, Los Dalton Buidaolles, haciendo honor el nombre del propio establecimiento y al tema de Aute, estaban de paso por la ciudad… de paso por la vida, pero con muchas ganas de permanecer.

Darío Navalperal

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