El frío calaba hasta los
huesos en aquella nublada mañana que solo supuso una amenaza de lluvia, porque
a las diez y media, el viento del noroeste arrastró hasta el mar a la boina de
nubes dejando un radiante día, en el que apetecía pasear e incluso saborear un
café en la terraza de cualquier bar. Sin embargo, transcurría en el calendario
el duro y crudo invierno en pleno mes de enero, en el que las albinas cumbres
del interior de la península -a temperaturas bajo cero- invitaban deslizarse
por sus laderas.
Jimmy Baar es un bar-restaurante que
fue fundado en el año 1976 por el padre del actual regente. Desde hace más de
cuarenta años ha ofrecido una cocina casera o de mercado, que satisface la
demanda de quienes, sin remilgos, buscan llenar la andorga con apetitosas
viandas. Cuenta con un local de amplio aforo, el cual se completa en
determinadas horas de la mañana. Y esto es así por la calidad y variedad de los
productos que ofrecen para que, hasta el más ávido «vaciaollas», pueda saciar su voraz apetito matinal después de unas
horas de desgaste energético, repostando el combustible necesario hasta la hora
de comer a las dos o las tres de la tarde. Porque este establecimiento, a un
precio asequible para todos los bolsillos, ofrece en los expositores de su
amplia barra: cefalópodos variados, carnes de distintos mamíferos a la brasa o
mezcladas con diversas salsas, tortillas, guarniciones de todo tipo… un
hedónico festival para los sentidos, en el que, además de los cacaos y
encurtidos, el broche de oro lo pone el delicioso cremaet.
La
media barra de pan recién hecho y crujiente, que, a pesar de sus aristas
causadas por los necesarios cortes de cocción, no ofrece resistencia a caninos
e incisivos y resulta fácil de deglutir. La calidad de la harina y la adecuada exposición
al calor del horno, hacen de este elemento el complemento fundamental para el éxito
del bocadillo. Pero, además, la frescura de sus productos, tales como la sepia
o el solomillo en salsa, causan tal explosión de color, olor y sabor, que
algunos no pueden resistir la tentación de hincar el diente antes de sacar la
foto de rigor. Por otra parte, aquí te permiten fraccionar el bocadillo en dos
trozos y pedir productos variados para cada uno; es como si te comieras dos
bocadillos totalmente distintos.
Y
todo ello se complementa con un servicio rápido y eficiente de camareros muy
profesionales que saben tratar al cliente con agrado y simpatía. También es de
destacar los buenos accesos al establecimiento y la facilidad de poder aparcar
en las inmediaciones.
Desde
aquí proponemos a Jimmy Baar para que le sea otorgado el «cacau d’or» en su próxima edición. Los jueces gastronómicos de
este tipo de certámenes deben ampliar más su radio de acción y visitar también
estos lugares objeto de la prisa, del sudor del operario, del pulso de lo
cotidiano… en ellos se puede encontrar el tradicional esmorzaret de verdad, y
no las típicas menudencias que ofrecen otros imitadores, que se suman a este
creciente boom del almuerzo valenciano.
Aquel día se hablaba en las tertulias de un avión
ucraniano que había sido abatido por un misil iraní. Había quien pensaba que
todo podría ser una escaramuza más en represalia al ataque con drones de EEUU,
en el que uno de los generales de su ejército resultó muerto. Sin embargo, Irán
declaró que todo ocurrió como consecuencia de un error en cadena de las fuerzas
armadas iraníes, después de la tensión en la semana anterior se confundió el
avión con un misil americano.
En la tertulia de Los Buidaolles
también hubo un acalorado debate sobre el conflicto catalán. Unos defendían que
el político encarcelado de Esquerra Republicana, Oriol Junqueras, debería estar
en libertad, según la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la UE, que
le otorgaba la inmunidad parlamentaria. Otros, sin embargo, entendían que
Junqueras había sido condenado por llevar a cabo acciones encaminadas a la
independencia de Cataluña y, por lo tanto, inconstitucionales; que la condición
de eurodiputado no le podía dar la inmunidad, puesto que ya existía una
sentencia firme del Tribunal Supremo Español. El debate se extendió más allá de
la tertulia hasta el círculo de Whatsapp, donde intervinieron otros Buidaolles
ausentes en el almuerzo, justo en el momento en el que se conocía la decisión
del Parlamento Europeo de retirarle la condición de eurodiputado.
Pero los conflictos son inherentes a la propia vida, lo
importante es la gestión de los mismos. En definitiva, todo tiene la dimensión
y la importancia que los seres humanos queramos darle.
Darío Navalperal
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