Más el ruido que las
nueces.
La
cara más abrupta de la estación invernal se destapaba con un velo de tul que
cubría la ciudad, aunque no impedía que unos tímidos rayos de sol se filtraran
a través del mismo; sin que ello sirviera para subir la temperatura a más de
siete grados, cuando a las diez de la mañana, como de costumbre en viernes, Los
Dalton Buidaolles se dirigían al bar-restaurante Avenida 2.0 de Massamagrell.
A 12 kilómetros al norte
de la ciudad de Valencia se encuentra Massamagrell, un núcleo importante de
población con los servicios de cualquier ciudad combinados con las tradiciones
propias de una localidad de un marcado pasado agrario sustituido por la
industria y los servicios.
El
bar-restaurante Avenida 2.0 se encuentra en una zona abierta de espaciosas
avenidas, con fáciles accesos y con posibilidad de aparcar en las
inmediaciones. Su buena
ubicación y sus amplias instalaciones, en un edificio
que hace chaflán con la avenida de Náquera y la calle Jubilados, es uno de los alicientes
para que, a determinadas horas de la mañana, convoque a un significativo número
de clientes para degustar el tradicional esmorzaret. Por tal motivo, y,
supuestamente, por su buena cocina, ha sido galardonado en diversos certámenes
gastronómicos, llegando a obtener el importante premio del «Cacau d’or»; lo que le distingue como uno de los establecimientos
de la Comunidad Valenciana con mejor almuerzo.
La
oferta gastronómica que ofrece este local no es muy amplia, aunque su producto
es de calidad y su servicio es rápido y esmerado, y todo ello a un precio
insuperable. Los productos que nos podemos encontrar son: revueltos de ajos
tiernos con huevo y beicon,
salchichas con tomate y pimientos, tortilla de
patatas con habitas tiernas… entre otros, y, por supuesto, no podía faltar el
típico cremaet. No obstante, la temperatura de ese día tal vez influyó en que todo
llegara a la mesa con cierta tibiez; cuando lo suyo es que se presente humeante,
y que sea el comensal quien decida si hincar el diente o esperar a que se
enfríe.
En
un local con una decoración minimalista; que sitúa al visitante en el entorno
de edificios de una gran ciudad, sus amplios ventanales ofrecen desde dentro
una buena panorámica del exterior, aunque en días grises, como el de este
viernes, los colores oscuros de sus paredes obliguen a usar la luz eléctrica.
En definitiva, podemos
decir de este establecimiento que es un lugar muy recomendable para almorzar,
comer o cenar. Sin embargo, consideramos que «es mayor el ruido que las nueces». Que los méritos de este
establecimiento tal vez, desde nuestro punto de vista, no lleguen a hacerle
acreedor del «Cacau d’or» de los
mejores almuerzos de la Comunidad Valenciana;
no en vano existen otros muchos que llegan a superar a este en variedad,
calidad y cantidad ofrecidas.
Ese día era objeto de
comentario entre Los Buidaolles el ataque con drones de EEUU al general iraní Soleimani,
de la guardia revolucionaria de Irán, muriendo en el acto.
También se habló de las
actuales negociaciones del gobierno con los partidos independentistas catalanes
con el fin de conseguir la investidura de Pedro Sánchez. En este sentido,
surgieron aquí comentarios a favor y en contra de la política fiscal que se
suponía iba a llevar a cabo el ejecutivo, como consecuencia del pacto con el
partido de Unidas-Podemos.
Gran
acogida había tenido la noticia de la liberación del pago de peaje en la autopista
A-7, en su tramo desde Tarragona a Alicante, por haber terminado la concesión
administrativa a la empresa privada que venía explotando el servicio desde
finales de los años setenta.
Tampoco se podía pasar
por alto el centenario de la muerte de ese prolífico literato como fue Benito
Pérez Galdós, con su extensa obra que tanto nos ha servido para entender a la
España en los comienzos del siglo XX.
Y todo ello en un día
vacacional aún, en el que, circunstancialmente, se habían dado cita como si se
tratara de cualquier otro viernes laborable. Porque, por encima de todo, lo
importante era la relación, la tertulia y la necesidad de pasar un rato
agradable.
Darío Navalperal
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