La
mañana había amanecido con la ausencia del astro sol, y las nubes bajas cubrían
la ciudad a pesar de que una suave brisa del sureste se esforzaba en barrerlas
hacia el interior. El monstruo mecánico del servicio de limpieza barría también
la alfombra de hojarasca que los ya desnudos árboles habían ido soltando en los
últimos días. Pero en la Ciudad del Turia, la temperatura había dejado de ser
invernal como en semanas anteriores y recobraba la habitual templanza
otoñal.
Aquel día del anhelado viernes, Los Dalton Buidaolles se
dirigían hacia el este de la Ciudad en dirección a Casa Chimo, un
establecimiento que está entre la Ciudad Politécnica y el Hospital Asilo San
Juan de Dios. Un edificio, este último, que comenzó siendo regentado por la
Orden Hospitalaria San Juan de Dios, y en la actualidad está a cargo del grupo
Nisa, denominándose «Hospital Nisa Vithas
Valencia al Mar». Su construcción es de estilo modernista valenciano, al
igual que otros edificios emblemáticos de la Ciudad, presenta forma de U
abierta al sur, y, debido su proximidad a la playa de La Malvarrosa, se le dio
esa orientación para aprovechar el sol y la brisa del mar, siguiendo los
planteamientos higienistas de la época.
Casa Chimo es un bar de reducidas
dimensiones en su interior, pero con una amplia terraza exterior cubierta con
toldos, en la que apetece estar a los fumadores y cuando las condiciones
atmosféricas lo permiten. En este local se pueden degustar buenos almuerzos con
variedad de productos, siendo su especialidad el de carne de caballo con huevo
frito, ajetes tiernos y patatas fritas.
Como de costumbre procedemos a valorar la calidad del
pan: a pesar de la ausencia de aristas o durezas que dañan las encías, se puede
percibir la falta de crujiente, resultando algo correoso. Cuando el factor
tiempo es fundamental en el mundo laboral la voracidad se impone, y para ello
es fundamental que, la abundancia de productos del bocadillo, se acompañen con
pan de miga absorbente y corteza fina, fácil de deglutir.
Por otra parte, el amplio bocadillo con generosidad de
productos, bien podría alcanzar una puntuación media-alta si no fuera porque
algunos Buidaolles se quejaban de que un bocadillo –que
se supone debe estar caliente– llegó frío a la mesa.
Sin embargo, debemos destacar la eficiencia y simpatía por parte del personal
de servicio.
Pero aquel viernes no era un viernes
cualquiera, no. Se trataba del «Black
Friday»: un invento del consumismo capitalista que nos induce a comprar, aunque
no tengamos necesidad de ello. ¿Pero cuál es el origen del «Black Friday»? Entre Los Buidaolles se discutía si comenzó con el
comercio de esclavos negros que se producía en EEUU el día después de acción de
gracias, quienes eran vendidos con descuentos, no obstante, esto parecía ser un
bulo que se había divulgado a través de las redes sociales. Más creíble parecía
aquel otro rumor que apuntaba a motivos meramente comerciales y especulativos;
cuando a finales del siglo XIX algunos empresarios estadounidenses, tras un año
de pérdidas, daban el día libre a sus empleados –coincidiendo con el día
después de acción de gracias– para que aprovecharan e hicieran sus compras y
que, como consecuencia, hacía que las cuentas de las tiendas pasasen de números
rojos a números negros y, por consiguiente, a beneficios. También hay quien
hace referencia a un término acuñado por la policía de Filadelfia, en recuerdo
de aquel día en que los habitantes de dicha ciudad se lanzaron a la calle para
realizar sus compras y provocaron grandes atascos. De cualquier modo, una operación de marketing
que se ha extendió por todos los países capitalistas; deseada por muchos,
denostada por otros tantos, pero que consigue que se produzca el gasto, motor
necesario para la producción.
Se recordó en aquella tertulia a la
gran saga de cantantes valencianos, muchos de ellos con su origen en el rock;
tal era el caso de los desaparecidos Bruno Lomas y Nino Bravo, aunque este
último llegó a ser el mito, venerado por todos, con sus famosísimas baladas.
También se habló de cine, y en concreto de la reciente película de
Pedro Almodóvar «Dolor y Gloria»; algunos
comentaban que se trataba de la biografía del propio Director, pues el actor
protagonista, Antonio Banderas, llegó a decir que se había sentido dirigido por
el propio personaje que interpretaba; sin embargo, otros decían que nada tenía
que ver con el premiado Director, porque no aparecían en la misma muchos
acontecimientos de su realidad. Lo que sí es cierto que puede tratarse de un
guion inspirado en muchos sucesos acontecidos en la vida de Almodóvar, pero,
como la mayoría de las novelas y películas, con su desarrollo en la ficción.
Después del almuerzo, las nubes se habían levantado y el fin de
semana apuntaba a ser cálido y solariego, por lo que habían quedado en verse de
nuevo el sábado a la hora de comer. Esta vez irían a degustar la fabada del
Restaurante Norte de la localidad de Paterna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes realizar aquí tu comentario