viernes, 8 de junio de 2018

Restaurante Puerta de Hierro, Avenida de Levante, 25, Beniparrell, Valencia. (08-06-2018)





Una fina alfombra de color malva tapaba las aceras de una gran parte de la Ciudad por culpa de las jacarandas, que se habían desposeído de su vistosa y efímera flor al ser azotadas por los aguaceros de días anteriores. Sin embargo, en esa mañana, los cirros cubrían el cielo en forma de nubes blancas y transparentes, como si hubiera sido enjalbegado a brochazos de forma irregular. No obstante, en los momentos en que la fina telaraña era penetrada por los rayos de sol, el intenso calor hacía subir la temperatura a más de 26 grados centígrados, y solo eran las 10 de la mañana. Las tormentas habían dado una tregua ese viernes y el buen tiempo facilitaba el desplazamiento hasta Beniparrell, lugar al que Los Dalton Buidaolles fueron a almorzar el día 8 de junio. 
 





Casco urbano
Ciudad de los Negocios
El restaurante Puerta de Hierro ya había sido visitado en ocasiones anteriores; la primera fue antes de ponerse en marcha este blog, la segunda - de la que queda constancia en la correspondiente crónica – fue en otro establecimiento de la misma empresa, sito en la Ciudad de los Negocios de la misma localidad, el día 3 de noviembre de 2017. Algunos de los que estuvieron por primera vez en este mismo local recordaban con satisfacción las bondades del mismo, pero después de haber frecuentado tantos otros en distintos puntos de Valencia y su área metropolitana, este ya no les parecía tan excelso. Incluso tenían la sensación de que en el otro establecimiento de la Ciudad de los Negocios, el producto era de más calidad. Por ejemplo, el jamón allí era cortado a mano, mejorando su sabor y cantidad. No hay más que comparar dos bocadillos cuya mezcla es la misma: buey con jamón. Esto es a lo que la camarera le llamaba “un completo”, expresión que suscitó alguna picarona sonrisa en aquellos que imaginaban otros deleites también derivados de la carne.


El restaurante Puerta de Hierro está especializado en carnes y su combinación con otros productos de la tierra como son los ajetes, las patatas a lo pobre, las habitas o los pimientos. No parece contener su carta productos del mar, o, al menos, no los ofrecen en los almuerzos. 


El amplio local se distribuye en diversas salas separadas por arcadas de medio punto imitando a las bodegas o mesones de principios del siglo XX, con techos abovedados de falsas vigas que parecen de madera, aunque solo sean de poliestireno extruido pintado en marrón oscuro.


Si opinamos una vez más del pan es porque de él depende, en un 50%, el éxito o fracaso del bocadillo. En este caso, la media baguette utilizada en los bocadillos grandes era de miga poco esponjosa e incapaz de cumplir su función: absorber la grasa que desprende la carne. Eso sí, su corteza era crujiente y fácil de masticar y deglutir.   En cuanto a la cerveza tostada, que suelen poner en jarras de un litro, es de buena calidad y es servida en su punto de frío y de presión.


Por último, en cuanto al precio se refiere, podemos decir que este es algo elevado teniendo en cuenta que se encuentra en una calle muy concurrida en la que existe competencia con otros establecimientos de buena pinta. 


El principal tema de conversación del día era el del nuevo gobierno nombrado por Pedro Sánchez, un equipo inesperado incluso para politólogos de reputada fama; cuando todo el mundo esperaba que hiciera ministros a algunos representantes de los partidos que le habían dado su apoyo, sorprendió eligiendo a miembros de su propio partido o afines al mismo. Un equipo que parecía estar cargado de gestos hacia colectivos tales como los movimientos feministas o lgtb. No obstante, todo el mundo parecía coincidir en que eran personas de reconocido prestigio profesional. Llamativo fue el nombramiento del periodista y escritor de Utiel (Valencia) Màxim Huerta, para el Ministerio de Cultura y Deporte, sobre todo cuando él mismo había confesado, en alguna ocasión, que odiaba el deporte y que jamás lo había practicado. 


En la tertulia de ese día también se habló de la gran actuación en la sala 16 Toneladas del cantante de soul, armonicista y compositor Jonh Nemeth, con esa prodigiosa voz que le permite cantar en diversos registros con esa variedad de color en su tonalidad. Una pena que un talento así, no esté más reconocido y pagado.



Este y otros temas de cierta profundidad eran tratados esa mañana después del almuerzo, aunque las chanzas, chascarrillos y despiadadas críticas a los ausentes, suponían el cambio de tercio para dar vía libre a la contagiosa risa que inundaba la tertulia, tanto como lo habían hecho en la comarca las torrenciales lluvias caídas en días atrás. 


Darío Navalperal

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