Bar Restaurante Colau (La Fonteta de Sant Lluis) 17-02-2017
En la plaza del Músico Cuesta, 2, se encuentra la Cafetería Colau, un local amplio y confortable que ofrece almuerzos, comidas, cenas… y una zona infantil interior para que los padres puedan comer relajadamente mientras los peques se divierten.
Su variedad de productos, permite elegir entre carne o pescado y combinarlos con las típicas habitas tiernas, pimientos, tomate, all i olli, etc. De hecho, los bocadillos degustados fueron: de bacalao, calamares y carne de caballo.
Uno de los temas de la mañana, fue la curiosa noticia del abuelo pistolero de 71 años, que atracaba bancos y farmacias en Barcelona con una pistola de fogueo. Una persona sin antecedentes penales que sus exiguos botines de inicio, no le dieron para poder cambiar de vida y continuó atracando, y en la última farmacia asaltada, - viendo que sólo iba a poder trincar la escasa cantidad de 200 € - le dijo a la dependienta: “Niña, dame también una caja de viagra de 100 mg.” Al parecer, debió hacer un uso frecuente de tan importante elixir, pues cuando los mossos d’escuadra le aprehendieron, sólo le quedaba una grajea en el bolsillo.
También se habló de la huelga de estibadores portuarios, un singular gremio de trabajadores de puertos de mar españoles en el que aún prevalecen formas de contratación en círculo cerrado; ese nepotismo que se manifiesta al transferirse el puesto trabajo entre familiares, con la prohibición expresa o tácita de que las mujeres puedan acceder a tales empleos.
Pero el tema que originó gran debate y controversia fue el de la profesión de notario, con grandes discrepancias entre dos de los Dalton, que con ímpetu y vehemencia se enzarzaron en la polémica, la cual estaba servida entre quien opinaba que su condición es la de un funcionario al servicio de la Administración del Estado, y quien decía que es un empresario-profesional, puesto que sus beneficios varían en función del número de clientes a quienes atienda. Aunque ambas partes llevaban razón, quiero citar aquí las reflexiones de Pio Mota, un bloguero experto en Derecho.
“Nuestro ordenamiento jurídico reconoce y ampara la existencia de figuras sociales que por su ambigüedad o por contradecir la norma general aceptada (en este caso, la libertad de mercado) o por su anomalía pueden asimilarse a formas corruptas. Una de ellas es la situación especial amparada por la ley de notarios y registradores, que disfrutan de un doble “status”: como funcionarios y empresarios autónomos, lo que les otorga un carácter privilegiado. Como funcionarios públicos acceden al cargo por oposición y son depositarios de la fe pública, pero ejercen su actividad en despachos privados independientes, costean su funcionamiento, contratan a su personal, y la cuantía de su retribución depende del número de actos administrativos en que intervengan: formalización de documentos públicos e inscripción registral de los mismos, respectivamente, funciones todas ellas propias de un empresario privado. El número de plazas está rigurosamente limitado por lo que ejercen su función en régimen de monopolio que les garantiza beneficios más que notables. Sin duda no mentía el jefe del Gobierno, Mariano Rajoy cuando declaró que ganaba más como registrador que dedicándose a la política. Notarios y registradores forman parte de la elite funcionarial sin ser específicamente funcionarios.
Si la ley definiera con precisión su personalidad jurídica, como funcionarios públicos se instalarían en oficinas del Estado, y éste percibiría de los particulares las tasas reglamentarias por la prestación del servicio.
Si, por el contrario, actuasen como empresarios, perderían el privilegio del monopolio con lo cual se facilitaría la libre competencia y los ciudadanos podrían acudir a los profesionales que les infundieran mayor confianza. La libertad de elección redundaría en aumento de elevación a público de los contratos y su inscripción reforzaría la fuerza probatoria de los títulos en beneficio de la seguridad jurídica.
Cualquiera de las dos modalidades posibles sería preferible al actual maridaje entre lo público y lo privado, cuya permanencia solo se justifica por el mantenimiento de privilegios anacrónicos que la sociedad rechaza por injustos y nocivos.”
De todo esto puede sacarse una conclusión o moraleja, y es: que nunca se le puede decir a nadie, de forma tajante, aquello de “estás equivocado”, pues hasta un reloj parado, dos veces al día está en lo cierto.
La Cafetería Colau, como suele ser frecuente en otros locales, sus servilletas muestran mensajes filosóficos que te invitan a reflexionar. Un ejemplo de ello es la siguiente frase: “Si amas lo que haces, ni los lunes te quitan la sonrisa”. Sin lugar a dudas, los Buidaolles aman lo que hacen, - sobre todo los que ya están jubilados – y la sonrisa nunca desaparece de su cara, y mucho menos cuando llega San Viernes.
José González Fernández
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