El crudo invierno había dado una tregua en la templada mañana del viernes 16 de febrero, cuando el mermado grupo de Los Dalton Buidaolles se dirigía al Bar Los Roques, en la barriada de Nazaret. Las lesiones, lumbalgias y resfriados habían hecho mella en la banda, sin que esto fuera óbice para que la actividad semanal se cumpliera con arreglo a la costumbre y tradición.
Era la segunda vez que
visitaban el barrio de Nazaret - la
primera fue el día 7 de octubre de 2016 cuando fueron al Bar Aquilino -, un humilde barrio del que ya se habló en la crónica
que en ese día se hizo.
El
Bar Los Roques es de apariencia modesta, pero cuenta con una amplia carta. Al
estar ubicado en un barrio de pescadores, tan cercano al mar, el almuerzo de
ese día, como no podría ser de otra manera, estaba compuesto por las delicias
del mar. En vez de bocadillos pidieron diversos platos: sepia a la plancha y
pescadito frito variado, ambos para compartir, y raciones individuales de
bacalao rebozado, con su correspondiente terrina de ajoaceite casero. Todo ello
acompañado de la cerveza y, como siempre, el café o cremaet al final del
almuerzo para rematar la faena.
Teniendo
en cuenta el buen saque y apetito voraz de los Buidaolles, las raciones para
compartir no destacaron precisamente por su abundancia, más bien al contrario,
un tanto escasas teniendo en cuenta que eran para cinco personas. En cuanto a
la individual de bacalao, no estuvo mal, pero con gran cantidad de espinas y
demasiado cocinado; una pena, porque estaba bien desalado y con algo menos de
cocción hubiera estado más jugoso y sabroso.
También se echaron en
falta los cacahuetes, olivas y variantes que se suelen ofrecer para almorzar.
La cara se les quedó
a Los Buidaolles como la del pez del dibujo del ticket de la cuenta, cuando, con
gafas de cerca, pudieron comprobar su importe: 12,50 € por cabeza, muy superior
a la media habitual.
Como siempre,
disfrutaron de una animada y variada conversación. Se habló de cine, en concreto de la película “El buscavidas”; cuando “Eddie el Relámpago” reta al “Gordo de Minesota”. Y todo esto en relación con el comentario de algún compañero que suele decir: "En cultura musical a mí nadie me moja la oreja”.
Una vez más, el grupo manifestó su preocupación por el
problema de las pensiones. También se habló de la ley que regula el sistema
electoral actual en España y de las voces que propugnan su cambio a un sistema
de listas abiertas y representación proporcional al número de votos obtenidos.
No les podía pasar inadvertido el
suceso de la masacre en un instituto de EEUU, haciendo una reflexión sobre la
libertad de tenencia de armas.
Un viernes más, la banda de Los
Dalton Buidaolles se disuelve con un apretón de manos y una sonrisa, para
volver cada uno a sus quehaceres, a sus prisas, a sus obligaciones familiares
de recoger a nietos del cole... al pulso de lo cotidiano.
José
González Fernández
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