Bar Hermanos Barberá (La Malvarrosa) 20 de enero de 2017
Es el día en que ese hombre de mirada severa, dedo acusador,
paladín del dorado esperpento… toma posesión de su cargo como 45º Presidente de
los Estados Unidos. Ese personaje que antes de llegar ya ha hecho temblar al
mundo con sus amenazas, es obvio que no viene en son de paz; pues el pronunciar
su propio apellido “Trump”, ya de por sí suena a estruendo o impacto.
No en vano, ya se ha encargado de sembrar hostilidades en los países de su
entorno y en China. Su programa político representa las corrientes más
conservadoras que preconizan el poteccionismo económico y el
cierre de fronteras. Sin embargo, el alcance de ese pregonado enroque, está aún
por ver. Es obvio que su agresiva actitud sólo forma parte de una estrategia de
negociación, con la que busca asustar a sus futuros adversarios y que éstos
renuncien a una parte de sus pretensiones. Igualmente, el tiempo dirá si esta
política surtirá efecto imitación por parte de otras potencias económicas
europeas.
Este ha sido uno de los temas de la tertulia del día de Los
Dalton Buidaolles en su visita al Bar Hermanos Barberá, en el barrio de La
Malvarrosa. El establecimiento se encuentra en la Avinguda dels Tarongers, 39,
entre la playa y la UniversidadEl barrio, situado al Noreste de ciudad, se denomina así por la
planta que lleva su nombre, que en otro tiempo creciera por la zona. Tanto a su
playa como a su paseo marítimo, tan frecuentados en época estival, se les
identifica también con ese evocador topónimo. Allí se encuentra restaurada la
casa del novelista Vicente Blasco Ibáñez, y Sorolla se inspiró en su paisaje y
su luz en una gran parte de sus pinturas. Un perfumista francés, Jean Felix
Robillard, cultivó aquí este geranio para su fábrica de esencias en el año
1812.
El barrio surge como un poblado marinero de clase humilde y
poco adinerada. Sin embargo, los proyectos urbanísticos han ido
transformándolo, construyéndose edificios de pisos caros en lo que antes eran
casas, atrayendo con ello a una población de mayor poder adquisitivo, que ha
elegido vivir junto al mar. En la actualidad cuenta con algo más de 14.000
habitantes.
Uno de los monumentos importantes del barrio, que forma
parte del patrimonio histórico artístico, es el Hospital-Asilo San Juan de
Dios, edificio modernista que data de 1907, con estructura metálica y ladrillo
visto en todo el edificio como elemento de expresión, con frisos cerámicos, lo
cual le da una apariencia distinguida. Fue diseñado por Francisco Mora
Berenguer, quien diseñó también el mercado de Colón, del mismo estilo.
El barrio cuenta también con un hospital clínico
universitario, que está justo enfrente de la playa.
El Bar Hermanos Barberá tiene un
amplio local donde es difícil encontrar mesa libre a determinadas horas de la
mañana. Un establecimiento moderno que intenta reflejar en la decoración de sus
paredes, en gran tamaño, los iconos más populares de la ciudad de Valencia: La
Virgen de los Desamparados, las construcciones modernistas emblemáticas, el
equipo de futbol del Valencia en su época dorada… símbolos comunes con los que
se identifican la mayoría de su clientela. Como plato interesante en su
degustación ofrece el bacalao con huevo frito y cebolla.
El duro y
crudo invierno se estaba dejando notar en toda la península y, de forma especial,
en la zona de Levante. Las temperaturas bajaron considerablemente y llegó a
nevar a nivel del mar, en lugares donde hacía más de noventa años no lo
hacía. Denia, Alicante, Torrevieja y una
gran parte de la provincia de Valencia, se llegaron a cubrir con el espeso
blanco manto, y, en algunas zonas, produciendo cortes de carreteras y
suministros energéticos. Este viernes, había estado lloviendo durante toda la
noche en la ciudad del Turia y, justo en el momento del almuerzo, daba la
impresión de que se hubieran desatado las fuerzas de la naturaleza con toda su
ferocidad; rayos, truenos, granizo… se dieron cita esa mañana como si de un
conjuro se tratara. El fuerte oleaje
azotaba todo el litoral, llegando a anegar algunas playas, como era el caso de
la del Saler, la de Pinedo y también la de La Malvarrosa.
No obstante,
sin temer al frío, al viento o a la lluvia, Los Dalton Buidaolles fieles a lo
que ya se está convirtiendo en un ritual o deber inexcusable, acuden a su cita
semanal en la que lo importante no es sólo comer, sino también la relación, la
tertulia, la risoterapia, el intercambio de vivencias tanto personales como
profesionales… en definitiva, la convivencia de un grupo informal que facilita
la relación en los grupos formales y mejora la comunicación y eficiencia de los
mismos.